Zona de Traducción

jueves, 14 de noviembre de 2013


LA ESPIRITUALIDAD
En el caso del hombre lo anterior significa que estamos unidos a un ser poderoso y sobrenatural que es Dios. Entonces nos preguntamos: ¿Qué es la espiritualidad? A lo cual responderíamos que la espiritualidad es cuando el hombre comienza a experimentar en el acto corporal la plenitud de un Dios supremo. Y estamos tan convencidos de su poder que para Él no existen límites, es el poder creador de Dios.
Estando nosotros unidos completamente a la cabeza de Él nuestro caminar espiritual debería ser correcto y sin mancha reflejando toda la grandeza de Dios para con nosotros.
La espiritualidad se refiere a la relación personal del ser humano con Dios. Donde debe estar plenamente identificado que el caminar del cristiano es por el espíritu y no por la carne. Todo lo humanamente de la carne debe morir en nosotros, es decir dando cabida al Ser Supremo grande y poderoso que nos puede conducir al conocimiento y a la sabiduría para hacer completamente lo que Él quiere que hagamos.
Siendo nuestro cuerpo el de Cristo, en donde Él pueda moverse con libertad. Nosotros como seres espirituales debemos preocuparnos por las cosas espirituales siendo obedientes a nuestro espíritu. Ya que él oye la voz de Dios y nos guía a caminar en la senda correcta. Dios quiere que vayamos y hagamos su voluntad: Ro. 8.5 «Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne, pero los que son del espíritu, en las cosas del espíritu». Así que, no nos engañemos. A Dios no se le puede engañar. Nuestro caminar espiritual debe ser el mismo en la Iglesia que en cualquier lugar donde vayamos o nos encontremos. El espíritu santo vive en nosotros y como cristianos lo estamos representando adonde vayamos.
Habemos cristianos maduros en las iglesias que todavía creemos que el servir, llegar temprano a adorar, levantar nuestras manos y dar gracias a Dios ante todo, nos hace personas espirituales.
También creemos que el ofrendar o diezmar en cantidad nos hace más espirituales.
No nos engañemos, Dios mira nuestro corazón.
Marcos 12.41.44 «Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho.
42. Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante.
43. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca.
44. Porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento».
Si nos preguntamos, si las personas espirituales están en la iglesia, lo más seguro es que muchas personas afirmen que sí.
Pero yo les aseguro que no, porque Dios puede usar a cualquiera.
Si buscáramos personas espiritualmente hablando, el lugar correcto para comenzar sería en nuestros propios hogares. Hay que entender que espiritualidad significa una relación personal con Dios. Todavía hay personas con dos caras: Una para la casa en donde la mayoría de las cosas las hacemos con una disposición contraria a lo que el espíritu santo nos ordena. Y la dos es cuando al asistir a la iglesia nos colocamos la otra cara, la de la mentira, la que nos muestra como las personas más espirituales de la iglesia. La de cuando antes de salir, gritamos, peleamos y cuantas groserías podamos imaginar. Renegamos por venir, damos mal ejemplo a nuestros hijos. De lo que en realidad como cristianos no deberíamos ser.
Hermanos: Aquellas personas que de verdad han aceptado a Nuestro Señor Jesucristo en su corazón, y que tienen claro que el vivir para el espíritu nos lleva a tener una sola cara mostrándola como imagen y semejanza de Dios, son personas que viven correctamente en su hogar siendo ejemplo y testimonio para los demás.
Romanos 8.14. 15 «Porque todos los que son guiados por el espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios»
15. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Pero si usted todavía no ha alcanzado una comunión con Dios no tiene nada. Es mejor que deje salir de su corazón todo aquello que lo ata a los deseos carnales manteniéndose espiritualmente desde la otra orilla engañándose a sí mismo dándole cabida al enemigo para que lo use como un mal testimonio para los demás.
Romanos 8.9 «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que el espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el espíritu de Cristo, no es de Él»
Recuerden, los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Rindan su voluntad natural de hombre a la voluntad de su Dios, siendo personas espirituales de un solo sentir. Hoy mismo.
Franklin Franco Fabra
Iglesia Cristiana Ríos de Vida