Zona de Traducción

sábado, 7 de febrero de 2015

DE LA ÉTICA Y LO MALO

 LO MARAVILLOSO
DE VIVIR EN EL PAÍS DE LOS CONTRASTES

Por Juan V Gutiérrez Magallanes
Esta Colombia mía y tuya, donde la ética se pone en manos de violadores de la Ley, como en el caso de la diputada Ángela María Cano, quien habiendo sido detenida por estafa agravada, era miembro de la Comisión de Ética de la Asamblea de Antioquia.  
¡Oh, Colombia de inconmovible conciencia ante hechos que repugnan y conllevan a la protesta, por golpear derechos fundamentales de la Humanidad!  
 Y nada pasa.  
Seguimos con la mirada fija en los pies del hijo de Shakira y preocupados al máximo por el disfraz que luciremos en el carnaval de «La Arenosa», no importa que nuestras cárceles sean focos trasmisores de agentes patógenos por la promiscuidad en que se mantienen los detenidos, ¿de qué se  ufanan entonces nuestros gobernantes?, si tenemos un departamento del Chocó, en donde  se ha claudicado en la búsqueda de soluciones para la corrupción que lo corroe.  
¡Pobre Colombia, parece que no nos conmueve la muerte atroz de niños indefensos!  
Pero, en cambio, si somos capaces de prender veladoras y subir de rodillas el Cerro de Monserrate,  por la mejoría del  dedo de James.  
¿Qué nos pasa? 
El Señor Presidente pregona la búsqueda de una educación de calidad, cuando en muchos departamentos se  fomenta  la llamada «Educación Contratada», un sistema del Ministerio de Educación, que podríamos considerar como nocivo para el sector, conclusión que sacamos por la explicación que hace la senadora Sandra Villadiego, expuesta en El Universal( 5-2-2015): «La educación contratada consiste en la contratación de organizaciones sin ánimo de lucro, y no nombrar maestros;  esto ha llegado al punto de que hay colegios que desde hace varios años no tienen docentes y están graduando muchachos sin clase de Español, Inglés, Matemáticas, esto da una visión de la mala calidad de la educación».  
 A todo esto, ¿qué nos pasa?  
Colombia es el país donde el diablo elabora hostias confinando al olvido a nuestros congéneres.

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