Zona de Traducción

miércoles, 22 de abril de 2015

EL DÍA DEL IDIOMA EN CHAMBACÚ 
 DE LA POBREZA EXTREMA EN QUE 
UN 23 DE ABRIL MURIÓ MIGUEL DE 
CERVANTES  SAAVEDRA…

Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Era una  hora especial, las voces se daban con compases audibles y las miradas fijas en el tablero negro y lo escrito por la Seño Carmen. Una especie de oración cincelada con letra cursiva, se loaba al «Manco de Lepanto» por celebrarse el Día de los Idiomas, pues para ese  tiempo la  Maestra pluralizaba el día, en honor a Miguel de Cervantes Saavedra, «El Manco de Lepanto». 
Nombrado con este epíteto por su participación en la batalla de Lepanto  contra los turcos del Imperio Otomano de religión musulmana, de donde sale victoriosa la armada cristiana dirigida por Juan de Austria, en esta batalla Miguel de Cervantes sale malogrado de su mano izquierda, impedido para utilizarla, más no la derecha que sostendrá la pluma que habrá de maravillar al mundo con «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha»
                              «Oh Santa Cruz y carísimo Santo Rosario
De Cervantes fuiste su protección
Para bien de las letras del mundo
Aunque Manco de Lepanto lo llamarán

Defendió con valor y  fervor la fe cristiana
A los turcos, de Imperio Otomano venció,
Con plegarias  y oraciones de ciudades hermanas

Con tu libro de El Hidalgo Quijote de la Mancha
Al leerlo, nos alegramos por lo bien que se narra
Vas combatiendo a todo el mal que asechanza
Como buen caballero de armadura y dura lanza

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha
En aquella escuela, una de las tantas instituciones que funcionaban en la ciudad, de la «Sociedad Amor a Cartagena», en ella se aprendían las primeras nociones del conocimiento, todo aquello estimulado  por la bondad y el tesón de la   señorita Carmen Pérez, una mujer devota, quien tenía la aceptación celestial de los chambaculeros, la miraban y la dibujaban como el ángel protector de los niños del barrio 
Se realizaba un concurso de lectura, basado en los pasajes bíblicos narrados en las «Cien Lecciones de Historia Sagrada», entre los textos más leídos estaban «Anunciación de María y Jesús disputando entre los doctores de la ley». 
La Maestra quedaba absorta ante la lectura que hacía el estudiante Emeterio. También para aquel Día de los Idiomas se convertía en canción la plegaria escrita por la Maestra, en la  voz del niño Emeterio Torres, quien se perfilaba como el tenor, que hoy además de cantautor, es licenciado en Matemáticas y Física de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-Tunja. 
Las voces del coro entraban por las rendijas de las casas de tablas cercanas a la escuela y las personas se acercaban para informarse de lo que se estaba celebrando en la escuela de la Seño Carmen; era el «Día de los Idiomas» y se le daba gracias a Miguel de Cervantes Saavedra. Un hombre que había caminado por muchas ciudades, escribiendo comedias, versos  y  haber soportado la pobreza,  por la cual algunas veces fue encarcelado y excomulgado, otras veces trabajó de alcabalero y comisario de provisiones. 
Miguel de Cervantes Saavedra
Nada de esas adversidades le impidieron escribir el libro más leído del mundo, después de la Biblia. 
Simultáneamente se daba otra celebración en el sector de Tokio de Chambacú, organizado por la Niña Zoilita Castellón, quien dirigía otra escuela de bancos y golpes de regla, la que nunca fue empleada por esta santa maestra, que le hacía compañía a la Seño Carmen, ambas consideradas como beatas de admiración santa y grato recuerdo para quienes fueron tocados por sus consejos amorosos. Las dos tenían clara aceptación de la importancia del buen hablar y consideraban que a través del canto se lograba mejorar la expresión. Ellas fueron una  especie de Hadas premonitorias de sus descendientes, en cuanto a la Señorita Carmen Pérez, de su regazo tomó las primeras letras su sobrino el economista Emiro Pinto Pérez, quien fue tesorero del Departamento de Bolívar. 
Benemérita Maestra en Chambacú
La Niña Zoilita Castellón dejó el mensaje del magisterio en los cuadernos esgrimidos por el Licenciado Luis Ramírez Castellón, hoy  escogido para participar en el Premio Compartir, como uno de los mejores rectores de Colombia en la Educación secundaria. 
Aquellas fueron Maestras que se constituyeron en el oasis de las letras para la desolación predominante en el Chambacú de mediados del siglo XX.   
La escuela marcaba con tinta azul en una cartulina blanca los días del santoral de la Iglesia Católica para recordar con mayor afectación los días de guardar. 
La Maestra Carmen Pérez terminaba su plática argumentando la pobreza extrema en que un 23 de abril de 1616 murió Miguel de Cervantes  Saavedra.




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